Si la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia parecía imposible hace unos años, más difícil se veía que Nicolás Romero fuera gobernado alguna vez por alguien emanado del partido Morena, dada la hegemonía mantenida por el PRI.
Casi un año ha pasado de las elecciones y, contrario a lo que podría haberse imaginado, López Obrador y Armando Navarrete se han reunido y dialogado con personajes identificados como sus adversarios.
Frases como "pensar diferente no nos hace enemigos", dicha por Navarrete, o "bienvenido todo aquel que quiera trabajar por el bien de México", de López Obrador, han sido una constante.
Así, desde el día siguiente a los comicios del 1 de julio de 2018, tanto AMLO como Navarrete iniciaron contactos para el proceso de transición que culminaría con su asunción el 1 de diciembre y el 1 de enero, respectivamente.
Mientras AMLO era recibido por Enrique Peña Nieto en Palacio Nacional y saludaba al excandidato del PRI, José Antonio Meade, en Nicolás Romero el futuro alcalde se reunió con Angelina Carreño y su equipo.
Los meses avanzaron y, ya ambos en el poder, el trato ha sido institucional con todas las fuerzas y actores políticos.
"Debemos entender que ya se acabó el tiempo de las campañas, ahora tenemos que unirnos por México", decía el propio AMLO en sus actos oficiales cuando el público abucheaba a los gobernadores priistas o panistas.
En el mismo sentido, Navarrete en Nicolás Romero ha dejado claro que trabajará con todos porque "venimos cansados de que los presidentes solo gobernaban para quienes votaron por ellos".
Mientras a nivel federal incluso en el gabinete hay ex priistas como Manuel Bartlett, o ex panistas como Tatiana Clouthier, el Ayuntamiento de Nicolás Romero se integró con profesionales y expertos en cada área sin cerrar la puerta a la exclusividad de un partido político.
"Lo que nos interesa es que le vaya bien a Nicolás Romero, recuperar su grandeza y entregarlo en 2021 mejor de lo que lo encontramos", señala en sus discursos el alcalde Navarrete.
En el último año se han presentado imágenes que pocos hubieran imaginado, como el saludo de AMLO con Emilio Azcárraga (dueño de Televisa) o con Alfredo del Mazo, gobernador del Estado de México cuyo triunfo fue cuestionado por Morena en 2017.
En Nicolás Romero igual de llamativos han sido los acercamientos entre Navarrete y figuras identificadas con otra ideología, como el rector de la Universidad Tecnológica Fidel Velázquez (UTFV), Roberto García Sevilla (designado por Del Mazo); el líder de comerciantes Donato Zamora que asumió como dirigente sindical local; o el líder regional del Movimiento Antorchista, Hector Javier Álvarez.
En estos y otros casos, como las reuniones con la UNAM, con en IMCUFIDE, el SNTE, con las secretarías mexiquenses de Transporte, Salud, Movilidad, las comunidades otomíes, los COPACIs, o los alcaldes de otros municipios, el objetivo planteado por Navarrete ha sido sumar y hacer equipo por Nicolás Romero.
Trabajar lo mismo con compañeros de ideología que con antiguos adversarios políticos es visto como una muestra de madurez política y capacidad negociadora.
Aunque en el camino la crítica es natural, los resultados finales siempre son visibles al finalizar cada gobierno y los ciudadanos son los encargados de evaluar dicho trabajo.
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